martes, 19 de mayo de 2015

El sol puede ser un gran enemigo, protégete

Exponerte sin protección genera daños irreversibles, explica la dermatólaga Claudia Díaz Guillén

La piel es el órgano más amplio y pesado del cuerpo.  Encargado de protegernos de los factores externos, transmitir estímulos, regular la temperatura corporal y sintetizar la vitamina D, entre otras funciones. Su apariencia  es un indicador de salud.
Broncear la piel para algunas personas es una necesidad de belleza. Sin embargo,  el bronceado no es más que una reacción de adaptación, de defensa de la piel frente a la agresión del sol
La exposición de la piel a la radiación solar por largos periodos de tiempo puede generar alteraciones como envejecimiento prematuro, manchas oscuras y cáncer.
La exposición a los rayos solares es el principal factor externo responsable del envejecimiento cutáneo por estrés oxidativo. El daño a la piel causado tanto por la exposición prolongada como por la exposición diaria a los rayos UV es llamado fotoenvejecimiento, que también es responsable de la pigmentación desigual.
Es extremadamente importante prevenir y proteger la piel frente al daño solar, porque si el daño es demasiado grave, la piel no es capaz de repararlo por sí misma, y el daño llega a ser irreversible.
Los médicos y los dermatólogos advierten incansablemente sobre la gran correlación existente entre la frecuencia del cáncer de piel y el grado de daño del ADN, recordándonos que más del 90% de los cánceres de piel son consecuencia de la exposición al sol. “Es en general conocido que el mejor tratamiento es la prevención por medio de la protección solar”, explica la especialista Claudia Díaz Guillén.
“La gente subestima el daño que las quemaduras de sol pueden hacer a su piel. Muchas personas piensan que el enrojecimiento de la piel es sólo una parte inofensiva del proceso de curtido de la piel, más que un signo de un daño irreparable”, agrega Díaz Guillén.
La mejor manera de prevenir las condiciones cutáneas relacionadas con el sol es evitar la exposición al sol donde sea posible. Como esto no siempre es posible, o deseable, el siguiente aspecto es la protección solar. Es importante darse cuenta que los rayos nocivos pueden acceder a la piel incluso en días nublados, en la sombra y en el agua, por lo que es preciso mentalizarse al respecto más allá de las horas dedicadas al baño solar.
La dermatóloga explica que es importante recordar no pasar mucho tiempo expuesto al sol con el pretexto de que se ha aplicado un fotoprotector de índice elevado. “La finalidad de estos productos no es aumentar el número de horas de exposición, sino reducir los riesgos durante la misma”.

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