martes, 26 de febrero de 2013

La biometría gana adeptos en Latinoamérica

Actualmente, 50% de la población mundial vive en ciudades y se espera que para el año 2020 ese porcentaje aumente a 70%.  Así lo indican los cálculos del fondo de Población de las Naciones Unidas. Aunque la preferencia por vivir en las ciudades es una tendencia global, hay continentes en los que esta realidad se hace aún más evidente.

 

El promedio de crecimiento anual más alto lo tiene América Latina, que ostenta el título de ser la región más urbanizada del mundo, con 80% de su población viviendo en ciudades. La región cuenta con tres de las 20 mega ciudades del mundo (centros urbanos con más de 10 millones de habitantes): Sao Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires; y para el año 2025, está proyectado que  Lima y Bogotá se sumen a la lista.

 

La biometría como proceso puede ser entendido como un método automático para reconocer individuos, mediante la utilización de características biológicas (anatómicas) y aquellas de comportamiento que puedan ser medidas. Latinoamérica se ha destacado por la adopción de tecnología biométrica para modernizar y mejorar aspectos claves de sus ciudades, como la seguridad, la eficiencia de los servicios, la economía y el gobierno electrónico.

 

El uso de la biometría para mejorar la seguridad cuenta con múltiples proyectos ya implementados en diversas ciudades de México, Brasil, Argentina y Chile, donde esta tecnología es utilizada por los cuerpos de seguridad para monitoreo, control, identificación y prevención de delitos.

 

En 2012 Argentina activó el Sistema de Acceso Biométrico a Espectáculos Deportivos (SABED), estrenándose durante un clásico entre los equipos River Plate y Boca Juniors. El sistema de identificación buscaba acelerar el proceso de ingreso a los estadios, y principalmente, brindar más seguridad al público asistente, limitando los brotes de violencia entre los hinchas de los diferentes equipos. 


Otro ejemplo que vale la pena mencionar se refiere a la expedición del certificado digital de antecedentes penales, que comenzó a ser emitido en ese país a mediados de 2012.

 

En el área financiera también hay experiencias favorables. Miles de sensores biométricos fueron instalados en la red de 33.000 cajeros automáticos de un banco brasilero para ofrecer a los clientes una manera sencilla de tener acceso a sus cuentas, así como también eliminar la suplantación de identidad y los fraudes asociados a sistemas más vulnerables de protección como los PIN.  Ecuador también ha dado pasos para mejorar la transparencia al implementar un sistema biométrico en la banca que eliminaría manejos fraudulentos con claves.

 

Los sistemas electorales también se han valido de la biometría y de sus beneficios. En Brasil el pasado mes de octubre más de siete millones de ciudadanos votaron en las elecciones de alcaldes y concejales haciendo uso de un sistema con identificación biométrica, en el que cada elector colocaba el dedo en un lector conectado a la urna electoral para validar su identidad, y posteriormente emitir su voto.


 Mientras tanto en Venezuela, para las elecciones presidenciales y de gobernadores también se utilizó un sistema de autenticación biométrica a escala nacional, que garantizó el principio un elector = un voto, blindando la seguridad al no permitir doble votación y eliminando la suplantación de identidad.

 

Expertos señalan que para el año 2050 habrá por lo menos 100 ciudades de más de 1 millón de habitantes en el mundo. Ante esta proyección, la tecnología se perfila como un pilar fundamental para la gestión adecuada de los recursos de las ciudades. 


Para los Gobiernos, son irrefutables los beneficios que ofrece la biometría, desde mejorar la eficiencia de su gestión, automatizar servicios, promover la transparencia y blindar la seguridad, utilizando de manera eficaz sus recursos financieros, humanos y naturales creando entornos sustentables y con una mejor calidad de vida para los ciudadanos.

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